El día 24 de Julio la AEMET anunciaba «el récord de día más cálido a escala planetaria: el 22 de julio, con 17.15 ºC, superó el valor del día previo (17.09 ºC). Dos récords diarios de temperatura en dos días consecutivos.«

Efectivamente, según la página https://climate.copernicus.eu/new-record-daily-global-average-temperature-reached-july-2024 el aumento de temperatura global se manifiesta, principalmente, debido a un fuerte aumento de la temperatura en el polo sur, que en esta época del año es pleno invierno:

Pero, en el análisis de Copernicus, no se da ninguna explicación sobre posibles motivos de esta anomalía. ¿Es simple azar estocástico (explicación que dan muchos meteorólogos cuando se les pregunta por que en unas zonas hace mas calor que en otras), o es que hay un motivo concreto, pero no saben cual es?
Solamente Javier Vinós aporta una posible explicación: los efectos de la erupción del volcán Hunga Tonga en 2022, que ha tenido repercusiones en forma de calentamiento extraordinario de la atmósfera debido a la emisión de 150 millones de toneladas de vapor de agua a la estratosfera.

¿Qué significa este récord de temperatura del 22 de julio de 2024?.
Para empezar, como Copernicus explica, esta «temperatura global de la superficie» no es una medida. Es un reanálisis, o sea, una cifra indicadora calculada según un modelo:
Un reanálisis se produce combinando los resultados de un modelo numérico de predicción meteorológica (el modelo IFS del ECMWF en el caso de ERA5) con observaciones del sistema terrestre de todo el mundo (incluidas las procedentes de satélites, estaciones meteorológicas y otros instrumentos en la atmósfera, el océano y la tierra) mediante una técnica matemática compleja conocida como asimilación de datos. El resultado es un conjunto de datos globalmente completo y temporalmente consistente que abarca más de 80 años, lo que nos permite evaluar los cambios a largo plazo en el clima de la Tierra.
Es por tanto una cifra calculada basada en un modelo, de la que no dan ningún margen de error, como sí lo tendría una medición. Todos los aparatos de medición tienen margen de error. En el caso de los termómetros de las estaciones meteorológicas, suelen dar valores con resolución de 0,1 ºC, con un error de medición similar o superior.
De hecho, existen otros indicadores de temperatura global diferentes. En la interesante página https://berkeleyearth.org/global-temperature-report-for-2023/, por cierto, mucho más científica que la página de Copernicus -ya que al menos indican los márgenes de error de las cifras que ponen-, se hace un análisis de la temperatura de 2023, y se indica la comparación con otros diversos indicadores, que señalan valores diferentes cada uno para las mismas fechas de referencia:
Dataset | Temperature in 2023 relative to the dataset’s own 1850-1900 average |
---|---|
Berkeley Earth | 1.54 °C / 2.77 °F |
HadCRUT | 1.46 °C / 2.63 °F |
NASA | 1.37 °C / 2.47 °F (Series starts in 1880, includes unofficial estimate of change from 1850-1800) |
NOAA | 1.34 °C / 2.41 °F |
EMCWF ERA5 | 1.48 °C / 2.66 °F (Series starts in 1940, includes official estimate of change from 1850-1940) |
WMO Average | 1.45 °C / 2.61 °F (Combination of multiple data sets) |
Como vemos, hay diferencias de hasta 0,2 ºC entre ellos, por lo que el «record» de Copernicus, de sólo 0,06 ºC parece bastante modesto, y, al menos, de una importancia relativa.
Es más, el propio Copernicus dice que el objetivo de este «indicador de temperatura global» es evaluar los cambios del clima a largo plazo. Entendemos que este «largo plazo» se refiere a décadas, aunque, históricamente, los cambios en el clima se suelen producir en la escala de miles o decenas de miles de años.
Así que, en resumen, este récord de temperaturas no tiene mucho significado en términos de clima, en primer lugar, por la forma en que se calcula este indicador (que no es una medida) y en segundo lugar, porque no permite sacar ninguna conclusión de la evolución del clima a escala global.
Como colofón, me quedo con la opinión, más documentada que la mía, de Javier Vinós
EL DÍA MÁS CALUROSO DE LA HISTORIA, ¿Y QUÉ MÁS DA? EN 1540 FUE MUCHO PEOR
Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea el 21 de julio fue el día más cálido en los registros desde al menos 1940, con 17,09°C. La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos dice en cambio que fue el 4 de julio con 17,18°C. Ello demuestra lo absurdo de intentar determinar la temperatura con una precisión que los instrumentos no tienen y en base a tomar las mediciones de unas 6.000 estaciones en un planeta con 510 millones de km², la mayoría de ellas situadas en ciudades y rodeadas de asfalto, cuando no directamente en aeropuertos. El procesamiento de los datos es tan complejo y tan lleno de decisiones humanas sesgadas codificadas en forma de algoritmos que en realidad no tenemos mucha idea de la temperatura del planeta. Con las mismas mediciones podríamos dar una cifra considerablemente distinta.
El planeta se calienta, pero muy poco. Según las mediciones por satélite de la UAH, 0,014°C cada año de media. Ello lleva a que cada poco tiempo haya una medida más alta. Es como un niño que está creciendo y los padres llaman a los amigos cada poco tiempo para decir «ha batido un nuevo récord de altura y las mayores mediciones son las de los últimos meses».
Absurdo. Los alarmistas climáticos lo tienen verdaderamente difícil para demostrar que el calentamiento suponga un problema. Más bien al contrario, la producción agrícola sube, las zonas de vegetación aumentan, y a los osos polares les va estupendamente. Así que da igual que el planeta se caliente. Lo malo sería que se enfriara.
Y mucha de la variabilidad que presenta el clima, incluidos estos récords, es natural. La peor ola de calor y sequía que se ha registrado en Europa tuvo lugar en 1540, cuando los niveles de CO₂ eran de 280 ppm, en vez de los 425 de ahora. La analizan en el artículo: «El año de calor y sequía sin precedentes en Europa en 1540: el peor de los casos«. Os copio lo que sus 32 autores dicen:
«Basándonos en más de 300 fuentes de informes meteorológicos documentales de primera mano procedentes de un área de 2 a 3 millones de km², demostramos que Europa se vio afectada por una megasequía sin precedentes de 11 meses de duración. El número estimado de días de precipitación y la cantidad de precipitación para Europa Central y Occidental en 1540 es significativamente inferior a los mínimos de 100 años del periodo de medición instrumental. Este resultado está respaldado por pruebas documentales independientes sobre caudales fluviales extremadamente bajos e incendios forestales y de asentamientos en toda Europa. Los modelos climáticos más avanzados no pueden simular un fenómeno de esta gravedad.
La ganadería, la producción de energía hidráulica (molinos de agua) y el transporte por agua se vieron especialmente afectados. Innumerables animales domésticos murieron de sed, hambre o insolación. Las cosechas de grano y vino, ambos cultivos resistentes al calor y la sequía, fueron abundantes, pero el colapso de la energía hidráulica para los molinos hizo que los precios de la harina y el pan se dispararan. La navegación se hizo difícil o imposible incluso en los principales ríos. La extraordinaria persistencia y severidad del calor y la sequía se documenta además por un brote continental de devastadores incendios forestales en la Europa húmeda, único en los últimos 500 años«.
Todo esto fue natural, cuando el CO₂ era casi la mitad, y los modelos no son capaces de reproducirlo, demostrando que no entienden el cambio climático natural.
La noticia de que se ha batido una vez más el récord de calor me deja frío.

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